La chica del paraguas con círculos rojos corre escapando de la lluvia aunque la lluvia siempre la preceda. Uno de los tacos de su zapato se quebró y camina rengueando, dando pequeños y graciosos saltos tratando de no perder la cartera. Se frena frente a la puerta del Chelsea, se persigna y entra temblando del frío. Ya estuvo allí mil veces antes y volverá a estar mil veces más después. Porque no hay tiempo fuera del tiempo y no hay lugares ni siquiera un poco parecidos al Chelsea Hotel.
para coca